Será que llevo toda la vida siendo una mediocre, que llevo toda una vida viviendo de rentas, que ahora quiero convertirme en una obra de arte. Me apetece reírme de todos aquellos que no apostaron un duro por mí-a veces con razón-, reírme de todos aquellos imbéciles que trabajan para sobrevivir y no para vivir. También quiero darle las gracias a todas aquellas personas, a todos aquellos profesores, que me han enseñado más de la vida que un maldito libro de texto valorizado en cincuenta euros, que me han hecho emocionarme, que me han mostrado el mundo dentro (¡Y FUERA!) de las cuatro paredes de un aula de una escuela pública. Gracias por hacerme crecer como persona, por hacerme ser quien soy.
Me siento una gilipollas, pero me alegro de estar sola en casa y que mi madre no me vea llorar como una puta cría.